Teva Pharmaceutical ha anunciado que pedirá la autorización de la UE y de EEUU para comercializar el fármaco Azilect bajo la etiqueta de 'disease modification', tras un estudio que demuestra su capacidad de ralentizar el desarrollo de la enfermedad.
La farmacéutica israelí, una de las dos mayores compañías del mundo de medicamentos genéricos, informó en un comunicado de los resultados de un extenso estudio sobre el Azilect que asegura que puede convertirse en 'el primer fármaco modificador de la enfermedad de Parkinson'.
En la investigación, realizada durante 18 meses en 14 países, una de las mayores que se han hecho sobre esta enfermedad, se evaluó el efecto del nuevo fármaco en 1.176 pacientes que sufren Parkinson en su primera etapa.
Los resultados confirman que el medicamento 'frena el desarrollo' de la enfermedad, y que 'es seguro y tiene gran tolerancia' por parte de los pacientes, se indica en la nota de prensa.
Ben Zion Weiner, científico jefe de Teva, declaró que 'este importante avance científico viene a resolver una de las necesidades más críticas en el tratamiento del Parkinson'.
El fármaco ha sido desarrollado por dos investigadores del Instituto Technion de Haifa, Moussa Youdim y John Finberg, aunque los derechos pertenecen a Teva, como en el caso del Copaxone contra la esclerosis múltiple, que le supuso en el 2007 ingresos por más de 1.700 millones de dólares.
Las perspectivas del Azilect después del estudio clínico han levantado grandes expectativas en círculos financieros que siguen de cerca a la firma israelí, ya que el mercado de medicamentos para el Parkinson supera los 3.700 millones de dólares anuales.
3 comentarios:
Derechos, ingresos, círculos financieros, millones de dólares...
¿Y qué es eso, ante la mejoría de una sola vida?.
¿Y que es una vida, una persona frente al dinero?
¿Que interes puede haber en encontrar una posible cura ante la pédida de tal negocio?
La realidad es que el negocio está por encima de las personas. Que triste.
Salu2
Almudena
La verdad, es que se pierde la esperanza ante tanta promesa incumplida. Me parece que sólo importan los millones y no las personas. Es desalentador.
Erika
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